Las olas y el viento

Hubiera sido mejor ver BAÑEROS 3 antes de hablar de ella, pero no me atreví. Es un domingo lluvioso y tengo miedo de salirme de la sala a los 12 minutos y convertirme en alcohólico. Puedo, sin embargo, hablar del nuevo estreno nacional con la convicción de quien ya vió la película 20 veces.

No ví BAÑEROS pero antes de la proyección de otra película ví la cola (y este sería sin dudas un pie irresistible para una humorada bien bañera), y se supone que la cola es un rejunte de lo mejor (otro chiste aquí). La promoción es indescriptible. Se me ocurre que si le dedicáramos un año a pensar en chistes fáciles, obviedades de guión, casting, escenografía, música y dirección, solamente lograríamos juntar un 15% del material contenido en BAÑEROS. Misoginia, homofobia, xenofobia, y otros delitos artísticos son el fondo de comercio de BAÑEROS. Actores imposibles, vedettes intratables, y tengo entendido que también un malo digno de Hijitus más un batallón de ninjas de Lomas de Zamora, son de la partida. No habiéndola visto, (y como amante del cine arte pero también del buen cine de entretenimiento) me atrevería a decir que BAÑEROS es cine solamente porque es algo que se proyecta en una sala de cine. Aún así, y posiblemente para desmentirme, la vieron en estos cuatro días casi 220.000 espectadores. Y esto sí que no es un chiste.

PD: Es una lástima que el Anibal Vinelli, crítico de Clarín célebre por sus asesinatos al cine local, haya pasado a retiro (recuerdo cuando describió a una película de Polaco como "el abismo del mal gusto"). Estoy seguro que de haber visto BAÑEROS sus adjetivos calibre 45 hubieran encontrado un desafío a su altura.