Esmowing
Una de las tantas ventajas de no ser un experto es que uno puede opinar obviedades sin ningún cargo de conciencia. La cantidad de expertos por materia es inversamente proporcional a la popularidad de dicha materia. En el mundo del cine, esta ecuación explica por qué hay más expertos en cine checo feminista que especialistas en películas de Mel Gibson. Si los expertos encuentran dentro de su materia un caso donde la singularidad general (digamos, el género de la animación) se une con una generalidad singular (por ejemplo, una película de Disney), la cantidad de expertos se multiplica hasta el punto en que se da el lamentablemente frecuente caso conocido como "cualquiera opina". "Up", la última de Pixar, debe ser uno de esos casos. Que yo esté a punto de dar una opinión, por si quedan dudas, debería confirmarlo.
Nunca ví mucha animación, ni siquiera ví todas las de Pixar, que no son tantas. Sin embargo, me atrevo a formular la siguiente hipótesis: había en las anteriores películas de P la fórmula de someter personajes y mundos extraordinarios a avatares corrientes (superhéroes desocupados, peces que extrañan a su madre, juguetes que caminan, hablan y se enamoran, etc...), y me da la sensación (¡perdón D´Espósito!) que en el caso de UP esta fórmula está invertida y que, para nuestra sorpresa, tenemos que esperar como media hora de película para que algo fantástico suceda. Mientras tanto, un niño con ínfulas de explorador envejece al lado de su mujer hasta que esta muere y se queda sólo y aburrido en su casa al tiempo que empresas constructoras demuelen ruidosamente todo a su alrededor para construir edificios. Cuando uno empieza a preguntarse qué se supone que pueda pasar durante la próxima hora que justifique el precio de la entrada, la casa sale volando atada a miles de globos de helio.
Pero...sigue siendo un viejo aburrido en su casa...voladora. ¿Entonces? Entonces aparecen perros que hablan (no naturalmente sino gracias a un (¿por qué no?) inverosímil invento humano), pájaros que corren pero no vuelan, y un boy scout gordito se hace amigo de un viejo gruñón y (¿por qué no?) súbitamente acrobático y canchero.
En Bella Vista, barrio que vió crecer a Rinconete y, mucho años después, también a mí, había un cine. La última película que ví antes de que se incendiara y lo transformaran en una mueblería fue Karate Kid. A pesar de la austeridad de la sala (en medio de la película se cortó la luz dos veces) la experiencia fué inolvidable: me acuerdo saliendo de la sala imaginándome, como otro millón de chicos, más grande, enamorado, manejando un auto de colección y tirando la patada de la Grulla.
Algunos años después, salí de ver "Up" en otra sala pero también, como otro millón de tipos, sintiéndome obvio e imaginandome más grande y más malhumorado, pero también (¿por qué no?) más aventurero.
Nunca ví mucha animación, ni siquiera ví todas las de Pixar, que no son tantas. Sin embargo, me atrevo a formular la siguiente hipótesis: había en las anteriores películas de P la fórmula de someter personajes y mundos extraordinarios a avatares corrientes (superhéroes desocupados, peces que extrañan a su madre, juguetes que caminan, hablan y se enamoran, etc...), y me da la sensación (¡perdón D´Espósito!) que en el caso de UP esta fórmula está invertida y que, para nuestra sorpresa, tenemos que esperar como media hora de película para que algo fantástico suceda. Mientras tanto, un niño con ínfulas de explorador envejece al lado de su mujer hasta que esta muere y se queda sólo y aburrido en su casa al tiempo que empresas constructoras demuelen ruidosamente todo a su alrededor para construir edificios. Cuando uno empieza a preguntarse qué se supone que pueda pasar durante la próxima hora que justifique el precio de la entrada, la casa sale volando atada a miles de globos de helio.
Pero...sigue siendo un viejo aburrido en su casa...voladora. ¿Entonces? Entonces aparecen perros que hablan (no naturalmente sino gracias a un (¿por qué no?) inverosímil invento humano), pájaros que corren pero no vuelan, y un boy scout gordito se hace amigo de un viejo gruñón y (¿por qué no?) súbitamente acrobático y canchero.
En Bella Vista, barrio que vió crecer a Rinconete y, mucho años después, también a mí, había un cine. La última película que ví antes de que se incendiara y lo transformaran en una mueblería fue Karate Kid. A pesar de la austeridad de la sala (en medio de la película se cortó la luz dos veces) la experiencia fué inolvidable: me acuerdo saliendo de la sala imaginándome, como otro millón de chicos, más grande, enamorado, manejando un auto de colección y tirando la patada de la Grulla.
Algunos años después, salí de ver "Up" en otra sala pero también, como otro millón de tipos, sintiéndome obvio e imaginandome más grande y más malhumorado, pero también (¿por qué no?) más aventurero.
7 Comments:
Me cuesta un Perú confesar que el amigo perez tiene razón: la magia de Pixar, al menos hasta ahora (no vi todavía UP) se desarrolla dentro de lo extraordinario convertido en ordinario (un poco como el primer Spielberg).
Muero de ganas de ver UP. Entre otras razones para sacarme de encima el fastidio que me causó Bolt, el hasta ahora único hijo bobo del gran John Lasseter.
By rinconete, at 4:05 p. m.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
By rinconete, at 4:05 p. m.
la semana pasada, en una exclusiva sala del barrio de Chacarita, quise ver Los Increíbles y me quede dormido a los 20 minutos. ¿Bolt es peor?
By perez, at 4:40 p. m.
Infinitamente peor.
Los Increibles puede pecar de un cierto cinismo por lo general ajeno a Pixar pero Bolt es el intento fallido de inyectar Disney en Pixar, es decir empapar de sensibleria profesional la gracia de un grupo de genios que todavia no se enteraron que ya no tienen 12 años.
Puede ser que el problema no fuera el señor Increible y su extraña familia sino la sala de Chacarita en donde se realizo la proyeccion.
Conozco bien sus limitaciones.
By rinconete, at 7:14 a. m.
Peres, haciendo la grulla.
buenísimo.
g.
By Anónimo, at 4:58 p. m.
La grulla en Bella Vista.
Para alquilar balcones.
By rinconete, at 11:18 a. m.
Está bien, era ridiculo; pero era mejor que "Pinta la Cerca"...
By perez, at 3:27 p. m.
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