PSH

En ocasión del estreno de Antes que el Diablo sepa que estás Muerto habíamos hablado bien de PSH, la consideración en la que lo tuvo Lumet, y cómo dejó todo cuando le tocó en suerte el disgusto de castigar con su prominente abdomen las frágiles posaderas de la Ganadora de un Oscar de la Academia.

Utilizando una imagen futbolera que dejará afuera al culto Rinconete, PSH es uno de esos jugadores que una pagaría una entrada por ver. Incluso en dos películas como La Duda y La Flia. Savage. La primera una obra de teatro (in)adaptada al cine lamentablemente, y como es notorio, por su autor. La buena de Meryl Streep y Philip hacen lo que pueden con este mamotreto que empieza mal y soprende con un final que es aún peor de lo esperado. La Familia Savage es apenas mejor, seguramente porque en lugar de los diálogos hecha manotazos a la estética clásica del cine independiente americano, preferible para mí a la del teatro idem. Acá también (¿como casi siempre?) PSH se las ingenia para contar con una partenaire maravillosa como Laura Linney, que a su vez se las ingenia para volver a jugar al tenis indoor, como en Historias de Familia. Ninguno de los dos, lamentablemente, se las ingenió para decirle que no a este proyecto.

Dice PSH que, afortunadamente, ahora puede elegir en qué películas trabajar, y que si le gusta un proyecto lo haría incluso por poco dinero. Porque no todo es el dinero. Con La Familia Savage y La Duda uno puede pensar que o bien PSH tiene mal olfato para los guiones, o que una deuda de juego lo agarró entre películas. Como lo queremos, elegimos la segunda opción.