La frente marchita

¿Cómo se llaman los responsables de sobreimprimir los logos, la hora, las publicidades y carteles varios a la pantalla televisiva? Supongo que hay gente encargada de eso, formada en el arte de la composición, el equilibrio y la armonía de las formas y, especialmente, el respeto por el trabajo ajeno. Supongo que la persona que en el Canal Volver ocupa esa silla hoy debe estar perdiendo el sueño pensando en las aberraciones visuales a las que está obligado/a a ponerle la firma para promover al mismo canal y a sus emisiones mientras, por debajo, una película argentina trata de hacerse lugar para contar una historia. Porque alguien (¡otro cipayo enemigo de cine nacional!) tiene que estar obligando a este profesional a meter, al mismo tiempo, la hora (abajo a la izquierda) sobre un innecesario plano celeste, al mismo tiempo que los anuncios sobre la película que está, la que viene, y la que ya pasó (arriba a la izquierda, sobre un gigantesco plano blanco) y el insólito logo de Volver (en el medio, a la derecha, molestando siempre) ahora animado con unos fuegos artificiales que festejan sin parar el 15 aniversario de la señal.

Ni siquiera las películas en widescreen (como "Nacido y Criado", hace dos días), con sus barras negras arriba y abajo, se salvan de la invasión de toda esta información, generalmente, innecesaria.

Así es que, mientras los ecos del taquillazo propinado por la nueva película de Darín inundan los suplementos de Espectáculos y, seguramente, la boca de más de un funcionario-yo-te-dije; mientras la Asociación de Cronistas ya se prepara para regalarle a Campanella un Favio Special el año próximo; mientras el cine nacional entero siente renacer sus esperanzas de tener buenas críticas y, sin embargo, llenar salas, mientras todo esto sucede a la luz de la preprimavera porteña, una siniestra conspiración en contra del cine argentino (¡una más!) se teje en las sombras de una sala de edición, a manos de un...