A las cinco de la tarde
Así como el cine iraní ocupa un lugar notable en la cinematografía mundial, la familia Makhmalbaf ocupa un lugar notable en el cine iraní. Bajo el ala protectora de Mohsen, el padre (director entre otras muchas películas de Kandahar)se ha ido desarrollando una especie de Universidad del Cine, familiar y en clave persa. El mandato paterno parece ser en este caso el inverso al acostumbrado: no se toleran entre los Makhmalbaf médicos, abogados o contadores. Solo cineastas. Como la increíblemente joven Hana (directora de la aclamada Buda explotó por vergüenza), que presentó su primer corto en Locarno a los 9 años .
Su hermana mayor Samira, una mujer madura de 27 años, es probablemente la cineasta más interesante de la nueva generación del cine iraní. Directora de La Manzana y Pizarrones, participó en la película colectiva 11'09''01 - September 11. En este último caso las malas lenguas sostienen que salvo su corto y el de Sean Penn, el resto era olvidable.
A las cinco de la tarde, su tercer largometraje inspirado en un relato de su padre, describe la historia de Noqreh, una joven afgana que, se rebela contra la tradición y contra su padre. Rodada poco despues de la caída del régimen talibán, entre los escombros de una sociedad devastada y sorprendentemente viva, la película ilustra, como señala Diego Battle, la terrible contradicción entre tradición y modernidad. No se trata, en este caso, de discursos teóricos alrededor de una mesa de café sino del tenue límite que separa la vida de la muerte. El tono varía de la liviandad inicial no desprovista de ternura hacia una mirada más lúgubre al final del relato. Es posible que la directora no logre tomar distancia de la historia que filma, pero es algo que finalmente agradecemos.
La escena del éxodo final es una de las mejores que recuerde.
Recomiendo la crítica de Diego Battle en La Nación.
5 Comments:
Si hay algo con lo cual soy prejuicioso en con el cine iraní. Tengo la presunta idea de que es tanto el drama que corre en sus filmes que, no me agradarían. Igual, como dije, es puro prejuicio....
By youth, at 9:30 p. m.
Estimado youth
No seré yo quien critique los prejuicios. Los colecciono desde que empecé primer grado...
By rinconete, at 11:46 a. m.
es extraño que el cine irani se haya vuelto un género en si mismo, ya que no todas sus películas comparten un lenguaje o reglas. Suponemos que el cine aburrido es cine iraní, incluso si fue hecho en Holanda. La trampa que tendió El Sabor de la Cereza puede llevarse bastante crédito por esto. Quizás sea el bajon de todas las estampidas snob, no sé. En este caso, es una película valiosa y, para mi gusto, nada aburrida, y de una actualidad y una cercanía mayor a muchas películas modelo 2007 filmadas en Callao y Corrientes. Aunque en Afganistán las candidatas a presidenta tengan otras cosas en qué preocuparse además de los vestidos y la peluquería.
By perez, at 11:57 a. m.
Es cierto que el cine iraní se ha convertido a ojos de muchos en un género en si mismo, aún cuando hay ejemplos tan lejanos entre si como la excelente A las 5 de la tarde y Crimson Gold, por ejemplo, de Panahi o la excelente Offside del mismo Panahi (que forma parte de nuestro catálogo).
By rinconete, at 1:21 p. m.
tengo que admitir que encuentro un misterioso placer en estrenar películas fuera de la Ultima Tendencia cinematográfica festivalera...Estrenar cine iraní cuando debería ser rumano, amerciano cuando el francés está en la cresta de la ola, etc...La atemporalidad también puede ser virtud del buen cine
By perez, at 4:35 p. m.
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