Ettore, Ettore...

Recordé aquella historia al irme del cine en medio de la proyección de Competencia desleal, la última película estrenada de Ettore Scola. No estoy seguro de que si no hubiera visto la maravillosa Un día muy particular, me hubiera quedado hasta el final. Pero el recuerdo de las actuaciones de Sofia Loren y Marcello Mastroianni y de la maravillosa fotografía de De Santis sin duda aumentó mi desconcierto frente a lo que me pareció una película trivial, tan falsa como sus decorados, con personajes que luchan por no ser las caricaturas que describe el guión, entre los que se destacan los pobres franceses (Depardieu, Jean-Claude Brialy y el gran Claude Rich) que intentan sobrellevar como pueden la tortura adicional del doblaje al italiano, esa maldición chasmaniana de las coproducciones europeas.
No hay un plano en donde no se vea un tranvía, una joven en bicicleta, unos chicos de pantalones cortos que juegan en la calle. Es preciso que entendamos que estamos en los años ´30, que el fachismo acecha, que vivimos el fin irremediable de una época, pese a la aparente indolencia de la familia judía.
Un día muy particular, que hablaba de lo mismo pero no de la misma manera es la verdadera competencia desleal del director.
4 Comments:
Sentí algo parecido cuando vi La desconocida de Giuseppe Tornatore. Al lado de Malena, e incluso de Cinema paradiso, éste también es un claro ejemplo cinematográfico de competencia desleal.
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PD. Me pregunto si don Ettore pudo superarse a sí mismo después de Un día muy particular...
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Anónimo, at 4:51 p. m.
Hola Spectatrice
Creo que no. Ese es el problema...
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rinconete, at 5:09 p. m.
el problema no es del chancho sino del que le da de comer, Rinconete!
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perez, at 5:40 p. m.
El joven perez, cuyos padres no habían nacido cuando se estrenó Un día muy particular, cree que Scola es un basquetbolista argentino.
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rinconete, at 11:58 a. m.
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