Una buena noticia

Anoche fue la inauguración del nuevo complejo Arte Cinema, evento cuya inminencia el amigo Burman, uno de los socios del emprendimiento, me anunció varias veces en los últimos años pero que se fue atrasando por culpa de trámites parsimoniosos, presupuestos multiplicados por Pi, arquitectos estrangulados, directores de obra reemplazados y contratistas evaporados.

La ubicación, a un par de cuadras de Constitución, probablemente sorprenda a algunos sibaritas. Es cierto que es difícil conseguir por la zona un buen wok de vegetales, un sushi razonable o incluso un simple daikiri frozen de mango y jengibre. Pero contar con las mejores salas de la ciudad dedicadas al cine de autor debería compensar aquellas terribles faltas.

El complejo logra escaparle tanto al paradigma de las salas de trinchera, que parece ser el entorno natural del cine de autor, como a la maldición de Las Vegas a la que los complejos comerciales condenan a sus espectadores. Las butacas de las 3 salas son CONFORTABLES, el sistema de proyección y audio es excelente (DVD, Beta, Blu-Ray y, sorprendentemente también 35 mm, lo que generó una queja inmediata de nuestro apoderado) y no hay moquette pegada en las paredes.

La programación, a cargo de Virginia Petrozzino (que, me es penoso confesarlo, saludó efusivamente a perez dejándonos a cinefrick y a mi relegados junto al Cif y las escobas) es notable y como diría el amigo Batlle, parece una continuación del BAFICI: El asaltante, primer largo de Pablo Fendrik, El telón de azúcar, documental de Camila Guzmán Urzúa y La teta asustada de la peruana Claudia Llosa.

Para más información pinche aquí, como dicen los españoles.



PS: Nuestros amigos de HC nos piden que aclaremos un penoso incidente protagonizado por parte de su staff durante la inauguración: Hernán G. habría sido interceptado mientras intentaba subir a una camioneta Kangoo conducida por Pablo U., 67 porciones de pizza, 12 packs de cerveza y 4 cajas de Carcassonne tinto.
Según lo que le informó Daniel Burman al responsable de la seguridad, que con una mano sostenía a Hernán G. y con la otra un tupper con las 67 porciones, no se trataría de un robo sino de un simple canje por promoción.

Queda hecha la aclaración.