791blog

17.11.09

Salchichonado

Los franceses utilizan la palabra saucissonnage para definir los cortes publicitarios de una película en la televisión. En el algo remoto período estatista de la televisión francesa, era un tema de debate nacional definir si se permitía uno o más saucissonnages en la película de la noche. Los talibanes de la cultura luchaban a capa y espada contra los polpotistas del mercado.

Recordé esas batallas ya perdidas cuando traté de mirar una serie en Sony, canal de ese cable que surgió como remedio a la publicidad masiva de la tele abierta. Cada vez que aparecía el maldito cartel anunciando el inminente regreso de la serie, ya me había olvidado del segmento anterior, contaminado con Ayudín que mata hasta un 98% de unas bacterias que me tienen sin cuidado, Ala que lava medias de cartón que es un milagro o no me acuerdo que perfume promocionado por no recuerdo que carilindo. Pero lo más indignante eran las propagandas del propio canal, cuyos responsables consideran imperioso exhibir entre cada minúsculo segmento de la seria además de toda la parafernalia de cartelitos móviles anunciando el próximo estreno de una serie irrelevante.

Pagar para tener el derecho de ver propagandas fraccionadas por series o películas es uno de los sofisticados privilegios que tenemos los clientes del cable.

9.11.09

Shotgun Stories

Al principio se me ocurrió que no podría recomendarle esta película a mi amigo Sebastián Morano, principe de los hijos únicos, dado que se trata de hermanos que odian a hermanos y hermanos que aman a hermanos, y sólo alguien que haya tenido hermanos (especialmente menores) sabe de que se trata amar y odiar a un hermano. Pero me equivocaba. Shotgun Stories también es una película ideal para los que aman y odian a su padre (y por qué no a su madre). Y todos tenemos un padre y una madre, incluso mi amigo Sebastián.

En este caso, una cosa lleva a la otra y los amores y los odios llevan a las escopetas. Dos grupos de medio hermanos no se ponen de acuerdo en un punto: unos sostienen que su padre era un perdido, y los otros aseguran que era un héroe. El padre muere, y toda la evidencia en juego para redactar la lápida es el pasado. Son dos pasados diferentes: el primero, el de un padre borracho y negligente que no se ocupó siquiera de ponerle nombre a sus hijos. El segundo, el de un ejemplar hombre de familia, cristiano y empresario exitoso. ¿Puede un hombre cambiar tanto? Para Son, Kid y Boy definitivamente no, y no van a dejar que el viejo se vaya con honores.

La trama de Shogun Stories está asociada con la tragedia clásica por estos elementos universales (las pasiones, los lazos de sangre, la muerte) y también por guiños tales como el personaje de Shampoo, el tuerto que oficia de esos roles habituales en la Tragedia que son el Mensajero y el Destino, cuando cuenta cómo se enfrentan por primera vez los hermanos, y cuando le enseña a uno de ellos a manejar un arma, las dos veces sin ninguna intención aparente más que la de hacer lo que tiene que hacer.

2.11.09

Zack y Miri hacen una porno

Kevin Smith es el director de Clerks, un muy buen elogio al adolescente eterno en el que nos reímos de sus personajes casi tanto como ellos de nosotros. No parece haber en Clerks otro propósito que el de escaparle al tiempo dejándolo pasar y eso es lo que termina seduciéndonos.

Lamentablemente para el amigo Smith, a él le está vedado lo que sus personajes logran con tanta facilidad. Zack y Miri... es un film convencional disfrazado de comedia transgresora.

Dos amigos del secundario, Zack y Miri, deciden filmar una película porno como solución a sus penurias económicas. Son solo amigos, aunque viven juntos desde hace años manteniendo una relación inspirada en sus mayores Harry y Sally. La preparación de la porno, sin duda lo más logrado de toda la película, con un desfile de actores profesionales y ocasionales, ilustra con humor lo mediocre del proyecto. Los dos amigos empezarán entonces a fantasear no solo con el otro sino también con la posibilidad de disfrutar del sexo casi profesional con sus nuevos colegas. Ese deseo impuro representa sin duda la línea amarilla, los confines del incomformismo a los que Smith se permite llegar.

La tensión erótica entre los dos amigos se disipará a partir de su tan esperada escena de sexo, nula de nulidad absoluta como diría nuestra Amiga de la casa, y explotará en una crisis provocada por los celos. El final bochornoso, que parece haber sido editado por el cardenal Bergoglio, nos explica como Zack puede volver con el amor de su vida tras comprobar, aliviado, que Miri finalmente no fornicó con la estrella porno del film.


Zack y Miri... es una especie de Susy Secretos del Corazón vestida de látex, cuyo falso inconformismo puede rivalizar con el de Sucedió una noche, la excelente comedia que Capra filmó hace 70 años, pero sin contar con la gracia que la hacía digerible.


Aclaración 1: No tengo idea de la razón por la cual la pantalla de youtube sobresale del margen de la página. No lo sé y temo saberlo.