791blog

18.5.10

Bruno Del Monte

Quizás alentados por la descollante performance comercial de "Flandres", los colegas de CDI Films se nos adelantaron y compraron los derechos de "Hadewijch", la última y maravillosa película de Bruno Dumont.

El titulo de la película aparentemente hace referencia a una religiosa del siglo 13, también conocida como Hadewijch de Antwerp, una provincia belga de la región de...Flanders (o Flandres). Googleo a Hadjewich y llego a una página encabezada por una cita de la poeta y mística que dice más o menos así "Me encuentre vagando en el campo o encerrada en prisión --- Como sea, será obra del amor".

El personaje y la cita tienen una gran relación con el contenido de la película. Sin embargo, en nuestro país, para su estreno del jueves 27, la película se va a llamar "Entre la Fe y la Pasión". La adaptación, como suele pasar con muchas de las decisiones de difusión de los distribuidores, esconde una trampa: sugiere que la película de Dumont es apasionada y que la protagonista se debate entre su amor por Dios y otro menos platónico, dándole a la película ribetes de culebrón que, como advertirá el publico especializado en novelas y el especializado en cine, "Hadewijch" no tiene. Las trampas como ésta (los insólitos cambios de títulos son su versión más obvia, aunque hay muchas otras) dan una mezcla de gracia y pena, y pueden o no cumplir el objetivo de convocar más público (personalmente imagino que un público engañado no recomienda una película, y que hacer pasar una película por otra finalmente debería ahuyentar a los públicos de las dos). Lo que es seguro es que, como cuando se llena un afiche de premios o cuasi premios, cuando se promociona la película con una celebridad que en 90 minutos aparece sólo 30 segundos, o en general cuando se elige incluir en un trailer escenas de algún voltaje erótico, este tipo de decisiones no hace más que darle la razón a Perez cuando sostiene que "los distribuidores no ven cine", y hace pensar también que el responsable de esta traducción tramposa no tiene ni Fe ni Pasion por su película y que, sea como sea, la taquilla de Hadewijch no será obra del amor.

14.5.10

Carancho



Carancho es una gran película. Trapero se mide con la mejor tradición del cine negro, sin acobardarse y saliendo a pegar desde la primer imagen. El resultado es una especie de Casta de Malditos revisitada por Crónica TV. Como el film de Kubrick, Carancho es una obra obsesiva, negra, en donde los personajes parecen condenados de antemano por más que, como ellos, querramos que esta vez, solo esta vez, los planetas se alineen.

Todo ocurre en los bordes, en las orillas de la sociedad. El conurbano, los hospitales colapsados, los departamentos grises, los autos viejos, los rebusques miserables, la corrupción de medio pelo. Pero no hay miserabilismo en la mirada del director, ni siquiera ese costumbrismo tan común en el cine nacional. Los personajes de Trapero (muy buena interpretación de Darín y excelente de Martina Gusmán) no parecen tener tiempo para generar empatía o compasión en el espectador. Solo buscan, como los héroes de Jim Thompson, un lugar al sol.

La escena final, como la de Casta de Malditos, es antológica.


Nota: Ni idea de por qué la imagen sale del cuadro. Creo haber seguido los consejos del amigo Winston Smith, pero solo logré empeorar la cosa.

12.5.10

Las Playas de Agnès



Durante muchos años creí que me sería dado alcanzar una buena página mediante variaciones y novedades; ahora, cumplidos los setenta, creo haber encontrado mi voz.
(J.L. Borges / Prólogo a El informe de Brodie)

Como señala el amigo Monteagudo, es difícil encontrar en el cine ejemplos de autorretratos. Lo que parece fácil para un pintor o un fotógrafo suele ser una una tarea titánica para un director.

Agnès Varda, al final de su vida, lo logra con aparente facilidad e infinito encanto. En un relato que mezcla su vida y su obra, sus recuerdos imaginarios y de los otros, la directora encuentra el tono justo. Viendo Las Playas de Agnès, pensé que tal vez fuera justamente la avanzada edad de la directora, además de su talento, lo que le otorga la libertad que la hace tan placentera. Pero luego recordé Tarnation, la primera película de un atormentado y joven director y me quedé sin argumentos.

Tal vez los extremos de una carrera sean propicios para el encanto, aunque por razones diferentes, como prueba la carrera que otro viejo sabio como John Huston inició a los 35 años con el clásico El halcón maltés y terminó con la espléndida Los Muertos , a los 80.

10.5.10

Like You Know It All



El gran Hong Sang-soo, director de la excelente La Femme est l´Avenir de l´Homme, es uno de los representantes de la famosa licuadora coreana, en donde se destaca como su componente más afrancesada. En la mirada cinéfila de Hong Sang-soo, que pasa con maestría del humor a la tristeza, hay referencias a los “Cuentos morales” de Eric Rohmer, al cine más ligero de Jacques Rivette o incluso al Truffaut más autoreferencial como el de La Nuit Américaine.

Like You Know It All, presentada en el último BAFICI describe la visita de un conocido aunque ya decadente director a un festival de cine de segunda. La visión desangelada de ese director, un indolente más o menos amoral preso de sus propias debilidades y miserias que abusa tanto de sus amigos como de quienes parecen interesarse aún por su obra, logra sin embargo el milagro de generar en nosotros la más plena empatía.


Aclaración: Sigo sin saber por qué la imagen de youtube desborda hacia la derecha del margen, pero temo consultarlo con nuestros asesores en sistemas. Las consultas de asesores suelen generar otras consultas con otros asesores que a partir de cierto momento desarrollan una completa autonomía sobre la demanda inicial que les permite generar respuestas creativas a problemas nunca planteados a la vez que condenan al olvido las modestas dudas iniciales. Por eso, preferimos la prudencia.

3.5.10

De Austria con crueldad

No sabemos cómo, pero el amigo Z se las ingenió para hacerse con la última Palma de Oro, y gracias a su atrevimiento se estrenó en nuestro país, con 15 copias, "La Cinta Blanca".

Revisando en nuestro archivo, 791cine estrenó solamente dos películas de directores austríacos: "Esto ya pasó", de Anja Salomonowicz, y "Dias de Perro" de Ulrich Seidl. Cuando compramos la de Seidl, la compañía vendedora creyó descubrir un insólito filón y nos mandó el resto de las películas de Ulrich, muchas de las cuales vimos, convirtiéndose inmediatamente en mi director austríaco de cabecera. Esto no se repitió con Anja Salomonowicz, quizás porque "Esto ya pasó" es su primera y única película. Como sea, en ambos casos hay una familiaridad con "La cinta blanca", que quizás sea la marca distintiva del cine austríaco, como los helicópteros en el cine de Hollywood, o la incomprensión en el cine francés.

En este caso, Haneke muda su crueldad a un pueblo en Alemania, lo que no disminuye su carácter austríaco. Son dos horas y media donde una serie de personajes son sometidos a innumerables desgracias, para colmo de males en blanco y negro. De alguna manera, Haneke logra esquivar las balas y le suma a la historia de constantes padecimientos algo que lo diferencia de sus primos hermanos los Coen, autores levemente austríacos. No sé qué es ese algo, pero me lleva a pensar que la constante tortura a niños e inocentes quizás, en el caso de Haneke, sirva a buenos propósitos.

Previsiblemente, la película contó con el apoyo incondicional de gran parte de la crítica local, que la calificó de Excelente, y tuvo gracias al talento de Z, una salida que, por una vez, realmente fué digna de la gastada frase "en las mejores salas". El desempeño comercial de la película, en tiempos de tanta dificultad para el cine de autor en salas como el que corre, fué y sigue siendo notable. El público, en la función que me tocó estar, quedó desconcertado por el final, del que casi todos los espectadores esperaban una respuesta al misterio con que la película los fue llevando a través no solo de los sufrimientos de los protagonistas, si no también de los del mismo público. Como es costumbre en estos casos, las señoras salían entre indignadas y desorientadas por la película que, al día siguiente, sin dudas le recomendarían a todas sus amigas.