El imaginario mundo del Dr. Parnassus
Arresting Officer: This is your receipt for your husband... and this is my receipt for your receipt.
Brazil (1985)
El cine de Terry Gilliam es desmesurado. Desde su colaboración con los infinitos Monty Python hasta sus trabajos en solitario, la primera y única Ley Gilliana parece ser que solo la imaginación puede salvar al mundo o al menos darle un sentido. Como señala el amigo perez es posible que el tiempo haya modificado ese principio en algo más desesperanzador como que lo único que importa en el mundos es la imaginación, más allá de que pueda salvarnos o siquiera dar algún sentido a todo esto. Es justamente lo explícito de esa obsesión (que acerca a Gilliam a la parida cinematográfica argentina) lo que termina por enturbiar su extraordinario cine.
En El Imaginario... hay otros temas recurrentes como la realidad ilusoria, la sabiduría refugiada en los márgenes de la sociedad (el doctor Parnassus es una variante del linyera sabio de The Fisher King, aunque por suerte no lo intrepreta el bobo amistoso Robin Williams sino el gran Cristopher Plummer) o la humanidad idiotizada (la sociedad reflejada en El Imaginario... parece ser tan hueca como la de la monumental Brazil).
El final feliz de la hija del Dr. Parnassus, que logra escapar a la locura viviendo finalmente una tan soñada vida normal de esas que Gilliam tanto desprecia, es algo extraño. Pero la verdad es que si no lo fuera no estaríamos viendo una de Gilliam.
Y ver una de Gilliam hace que nuestra vida sea mejor.
A ver con urgencia (además o incluso antes que El Imaginario...):
Time Bandits (1981) : Es un ensayo de lo que vendrá. Un resumen Lerú Gilliano.
Brazil (1985): Es el Tao Te King Gilliano. Todo está ahi y más. Imprescindible.
Las aventuras del Barón Munchausen (1989). Un clásico desmesurado y algo fallido.