791blog

18.9.09

Sin pena ni gloria

Perez está adquiriendo la mala costumbre de hablar acerca de películas que sí vió. Aqui algunas consideraciones al paso acerca de Bastardos sin Gloria:

- La prensa alaba especialmente el trabajo del villano que compone Christopher Waltz, pero es fácil lucirse con un villano (como lo prueban Anthony Hopkins como Hannibal Lecter, Heath Ledger en Batman, y Luis Tasca en Operación Rosa Rosa). El héroe Aldo Raine, que es de la variable villano heróico, es el verdadero prodigio actoral de BSG. Se trata de un actor que hace de Brad Pitt haciendo de un militar sureño estadounidense que imita el aceto italiano. Debe ser un récord de la impostación.

- Es interesante que tratándose de una película norteamericana los estadounidenses hablen inglés, pero los alemanes y los franceses no.

- ¿Es mejor el Hitler-que-ríe de Tarantino o el Hitler-que-llora de Bruno Ganz? ¿Cómo es que nadie se peleó por eso todavía?

- Lo de la francesa heroína que sale con un negro le pareció a Pérez de una corrección política innecesaria.

- Finalmente, dice Pérez que la de Tarantino y la de Campanella se parecen. Dos temas grandes, dos películas de género, dos directores con apellido italiano. O capaz es que todas las películas que uno vé antes de hablar de ellas se parecen.

11.9.09

Victor, victoria

Es extraño el destino del cine independiente americano en nuestra cartelera. Casi nunca se estrena absolutamente nada, a no ser que se trate de los 3 o 4 consagrados de siempre (Lynch, Jarmusch, e incluso otros que no son altos y canosos). Pasa algo parecido con el cine auropeo (Chabrol, Almodovar, etc...), sólo que los europeos tienen la llave de los premios en los festivales, y una cierta pátina de calidad intrínseca al cine europeo que, creo, se explica solamente porque de alguna manera se las ingenió para convertirse en la antítesis convencional del cine de hollywood. El público argentino que sigue yendo a las salas a ver cine no-tan-comercial es sensible a los premios europeos, las películas habladas en francés, y las críticas de La Nación. El cine americano, por su parte, sólo puede oponerle los premios Oscar, que no son premios a las Mejores Películas, sino a las películas más...Oscar. Esto claramente no incluye a peliculas independientes, que así quedan en un callejon entre estos dos gustos, y sus respectivas ceremonias de legitimación. El público cinéfilo que todavía paga su entrada en Buenos Aires tiene, en general, más de 60 años y probablemente no se tiente demasiado por autores que no se hayan subido todavía a uno o dos podios.

Ayer estrenamos Educando a Victor Vargas, un encantador representante de este cine casi inédito, el cine americano independiente-independiente. Una historia de amor sencilla, urbana, sin ánimos de originalidad, con un gran guión y personajes fascinantes. Casi una Perroneada.

La crítica, en muchos casos, le dedicó las primeras líneas de sus elogiosas críticas a la demora con que se estrena la película en nuestro país, en lugar de festejar que finalmente se estrene una de esas películas cuya primera gran victoria es encontrar un lugar donde ser descubierta. Bienvenido Victor a 791, más vale tarde que nunca.

3.9.09

Preguntas


Al respecto de los comentarios en el posteo anterior:
¿Hace falta ver la película que publicita este trailer para saber de qué tipo de película se trata? ¿No deberíamos pensar, incluso, que si un trailer es el rejunte de lo más atractivo de una película, los restantes 88 minutos deberían ser todavía más intragables? ¿No es de suponer que, como el título lo indica, el director quiso plasmar una idea imposible, y en el camino le quedo este monstruito? Y por último, ¿la comedia romántica se convirtió en el Parripollo del cine argentino?