Lo prometido es deuda: aquí algunos fragmentos del artículo de Andrea Giunta en la revista Ñ del sábado pasado. Cambien donde dice "bienales" por "festivales de cine" y a ver qué resulta:“¿Qué es lo que cambió en el arte? ¿Sólo han sido las formas, los lenguajes, o también las maneras de realizar las obras, los procesos de formación artística, las modalidades en las que circulan?”
“Desde distintos discursos sobre el arte se postula la emergencia de un nuevo estado que permite diferenciar aquello que fue la modernidad de una episteme que se articula estrechamente al complejo escenario de la globalización. Este término, globalización, remite a una forma de circulación mundial marcada por el protagonismo de las ciudades, más que las naciones. Las ciudades como espacios privilegiados de intercambios culturales que en la escena del arte se expresan en las plataformas temporarias de las bienales. En este sentido se habla de “bienalización” del arte para referirse a la multiplicación de encuentros artísticos que se celebran periódicamente en distintas ciudades. Estos grandes escenarios del arte, inicialmente vinculados a la representación de las naciones y entonces atravesados por distintos mecanismos de la diplomacia cultural, se ligan, cada vez más, a la figura del curador: no son ya los países los que envían a los representantes de su arte, sino los curadores, deslocalizados de las naciones, los que definen la lista de invitados”
“La consecuencia más inmediata es la homogeneización del arte que circula en la escena internacional y que se expresa por la repetición de artistas (incluso con las mismas obras) y por la posibilidad de identificar una agenda de temas recurrente…En un sentido podríamos considerar las bienales como espacios de negociación de agendas, representaciones, mercados y prestigios del capital artístico global”.
“También el artista ha cambiado. Su formación es diferente, la manera de producir su obra es distinta, otros son los itinerarios que se definen con sus viajes. Podría distinguirse entre el artista bienalizado y aquel que inscribe sus prácticas exclusivamente en mercados simbólicos locales. La lectura horizontal de los currículum de los artistas revela que en muchos casos hay una formación alternativa a la academia tradicional, señalada por los programas internacionales de residencias”
(residencias como la que muchos directores de cine jóvenes hacen en Cannes por ejemplo). “Son ámbitos de formación deslocalizados de los sistemas de enseñanza del Estado, que se realizan en distintas ciudades del planeta”
“Entre estas residencias y las exposiciones se gesta la figura de un nuevo artista viajero, que sabe buscar información sobre subsidios y programas internacionales y que desarrolla dispositivos de exhibición adaptables a los espacios y contextos más heterogéneos…En esta forma de producción la obra se deslocaliza respecto del contexto de origen del artista y se relocaliza en función de los contextos más diversos (como Francis Als, artista belga que vive en México y que hizo una obra sobre la Patagonia)…En estas condiciones, el tradicional viaje modernista que el artista emprendía para completar su formación y traer lo nuevo a su país de origen, tiene nuevas formas”