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28.2.08

La nube errante

Hoy estrenamos La nube errante, la inclasificable película del inclasificable Tsai Ming-liang, director taiwanés de origen malayo.

Amante tanto de Truffaut como del cine popular chino de los ´50, Tsai parece descreer de la imperiosa necesidad de contar una historia y apuesta todas sus fichas al cine como arte de la mirada. En el caso de La nube errante la prodigiosa imaginación visual del director, según la crítica de Luciano Monteagudo en página 12, explota a través de una serie de fabulosos números musicales, herederos tanto de las comedias musicales de Hollywood como de la música popular de Hong-Kong, en donde brilla el gran Lee Kang-sheng, su alter ego y actor fetiche.

El cine de Tsai es un gran fuego artificial cargado de absurdo, de humor y de erotismo. Y es justamente el humor absurdo y ese erotismo explícito (que probablemente perturbe a más de un catequista) lo que permite sobrellevar con algún éxito la desesperanza general de su obra.

Además del artículo de Monteagudo antes citado, recomiendo leer la entrevista de Horacio Bernades al director en el mismo diario, el muy buen artículo de Martín Pérez publicado en Radar, la muy sabrosa nota de Daniela Vilaboa en LeerCine, la crítica de Miguel Frías en Clarín y el artículo del amigo Batlle en La Nación, en particular la advertencia preliminar sobre escenas de sexo explícito y situaciones bastante provocadoras cuyo loable objetivo sea probablemente el de evitar que mi tía Chola sufra un pico de tensión luego de ver una película calificada como muy buena por La Nación o al menos atenuar el riesgo de una posterior denuncia penal.

Pensándolo bien, no me queda claro si mi tía Chola no disfrutaría de esas escenas de sexo explícito y situaciones bastante provocadoras.


Se exhibe en las salas Arteplex Centro y Arteplex Belgrano

19.2.08

Secretos

Rinconete, gracias a su casi familar Christian B. (no el distribuidor, el músico), se hizo de una copia en edición original (claro) de la para nosotros desconocida película coreana "Secret Sunshine". La vió Rinconete (acusado por el inflexible Perez de priorizar asuntos familiares a las 314 películas que tenemos por ver en nuestra oficina), la vió Cinefrik (acusado por el inflexible Perez de otra cosas que no vienen al caso), y posteriormente la vió Perez (demasiado recientemente para ser acusado por Rinconete y Cinefrik). Las sucesivas proyecciones fueron a confirmar la sospecha de muchos: en 791cine no sabemos nada de cine. La película aparentemente se llevó algún premio de la Competencia de Cannes, y fué la elegida para representar a Corea del Sur en la categoría Película Extranjera de los Premios de la Academia (no la argentina, la otra).

La película, cuyo título no es fácil de traducir de una forma mas o menos musical ("Rayo de sol secreto" podría ser una acepción bastante monstruosa), fué una agradable sorpresa y esconde a su vez varios secretos. Uno de los primeros en revelarse es que la actriz protagónica (Jeon Do-yeon) se debe haber merecido su Premio a la Mejor Actriz en Cannes, incluso sin saber con quienes competía. El segundo debe haber sido descubrir que el gordito que pretende a la protagonista no es otro que el actor que también hacía de gordito en The Host, peliculón estrenado aquí el año pasado en uno de esos misterios inexplicables de la distribución cinematográfica argentina. La trama de la película también contiene varios secretos que (como me dijo Cinefrik cuando me recomendó la película) más vale no revelar.


El tono general es, acuñando un género, el de Tragedia Seca, género que si existiese abarcaría a algúna otra de nuestras películas, como por ejemplo "Nadie Sabe". Las catástrofes se suceden, como en una catarata, y sin embargo el golpe bajo brilla por su ausencia. El director pega sus golpes más mortíferos en sólo media hora, y durante los siguientes 110 minutos se dedica a bailotear por el ring, dandonos un porrazo aquí y allá, esperando a que nos caigamos de cansancio o tiremos la toalla. La descripción de la odisea de una madre en un pueblo extraño está hecha con una paciencia, claro, oriental. La aspereza general está mechada por momentos de inesperado humor. La película es de un naturalismo sobrenatural.

El casi familiar Christian B. es responsable de la música, también bella y oportuna, y para mi sorpresa se agenció en tercer o cuarto lugar entre los créditos finales del film.

10.2.08

Lake Tahoe


Lake Tahoe es la segunda película de Fernando Eimbcke, el director mexicano de Temporada de patos. Es otra de las buenas, grandes, noticias de este Festival de Berlín. Lake Tahoe es el relato pudoroso de una ausencia.

El guión, desarrollado con una gran liviandad y escrito por el propio Eimbcke junto a Paula Markovitch, maneja el absurdo con maestría. Los diálogos son tan precisos como escasos.

Las actuaciones son espectaculares (Diego Cataño, quien ya había filmado con Eimbcke en Temprada de patos , Daniela Valentine y Juan Carlos Lara, dos jovenes novatos) y la fotografía de Alexis Zabe es excelente (quien según lo que me comentó el amigo perez trabajó también en la última pelicula de Reygadas).

Hay algo de Stranger than Paradise, de Jim Jarmusch, en el trabajo de Eimbcke (el humor desfasado, el estilo intimista, los cortes negros entre escenas). El director menciona además influencias más poderosas como Tokio Story de Ozu.

Extrañamente el final, que explica el título de la película, es tan melancólico como optimista.

8.2.08

Takashi Miike y la eficiencia alemana

Poco después de que el amigo cinefrik elogiara enfáticamente la eficiencia alemana en comparación al caos de otros festivales, nos echaron antes del final de la proyección de la última y desopilante película de Takashi Miike, director de Big Bang Love que estrenaremos este año.

Un hombre calvo y bajito explicó a quienes ingenuamente pretendiamos mirar la película hasta el final que como su duración excedía la media, estaba obligado a cortar la proyección para asegurar que el el siguiente film empezara sin retraso. En Berlin, a diferencia de Buenos Aires o Nápoles, no se bromea con el horario. Al menos con el de inicio.

Nos hicieron irnos por la salida de escape directamente a la calle. Quisiera aclarar que el hombre calvo y bajito tuvo la cortesía de hacer su tarea sin golpearlos. Es un detalle que no dejé de agradecerle cuando, tiritando de frío, volvimos a entrar al cine para buscar nuestros abrigos en el guardarropa.

Sukiyaki Western Django, la extraña y desopilante película de Miike es la primera buena noticia de este Festival. Tiene algo de Las lágrimas del tigre negro, ese otro western oriental disparatado. Menos cursi, más liviana y probablemente más sangrienta, Sukiyaki nada en una estética gay, con guiños a John Ford, Sergio Leone y Tarantino, quien hace una aparición tan estelar como desbocada. La maravillosa Kaori Momoi, la emperatriz de The Sun, película de Sokurov que también vamos a estrenar este año, hace acá de abuela de armas llevar.

Otra buena razón para ver esta película tratando de evitar que un calvo bajito no lo saque a uno antes del final.

4.2.08

Perceptibles diferencias

Probablemente nunca me hubiera sentado a escribir algo relacionado con el ya algo agotado tema de la adaptación de novelas al cine, si no fuese porque, para sobrevivir a un viaje de más de diez horas con un niño iracundo en el asiento trasero, eché mano a "Crimenes Imperceptibles", generosa recomendación literatia del amigo Cinegfrik y, una vez en destino (y con el libro terminado), me encontré con la adaptación cinematográfica del libro de Guillermo Martinez, programada en una sala local.

El titulo ("Crimenes en Oxford"), fue la primera de las diferencias con el original. Lo que siguió no hizo más que confirmar todo lo que el nuevo título sugiere.
Alex de la Iglesia, el director a cargo, me habia resultado siempre desparejo, pero no porque algunas películas fueran mejores que otras, si no porque a mi parecer siempre la primera mitad de sus películas (la mitad "Comedia") me gustaba mucho y la segunda (la "Policial") no me gustaba casi nada, y terminaba, 20 minutos antes del final, pidiendo la hora desesperado. Esta es la buena noticia: Alex esta vez opta por un sólo género. La mala es que opta por el policial.

El libro es por su parete una historia sencilla, rodeada por entretenidas historias paralelas, imposibles de contar todas en la misma película. Alex, como era de esperarse, se queda de estas historias sólo con las más escabrosas, tratando, de ser posible, de hacerlas todo lo escabrosas que se pueda (el personaje del matemàtico fanático amigo de Seldom, que en el libro aparece internado pero dormido y cubierto por una manta, en la película aparece despierto (o algo asi) y con los dos muñones de sus piernas al desnudo, sólo por si una manta podía ser demasiado sugestiva).

La presencia de actores "de Hollywood" no ayuda a darle credibilidad a este nuevo proyecto de Alex. La idea de darle a cada uno de los personajes femeninos (2) la posibilidad de darle un beso a Elijah "Frodo" Wood, y transformar vinculos más sutiles en dos historias románticas no muy esmeradas.

El hecho de que el héroe no fuese argentino sino norteamericano, y que desapareciera de la historia la presencia enigmática e inquietante de René Lavand, no hizo más que confirmar mi posición entre los que sostienen que las segundas partes no son buenas, pero las adaptaciones literarias son peores.