Pernoctando en Mar del Plata

El documental dirigido por Hernán Khourian, Sebastián Martinez, Diego Carabelli y Angeles Casares, y producido por 791cine y la Universidad del Cine, fué seleccionado para la Competencia Argentina del 23° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.

Durante el Festival la película se proyectó en 3 ocasiones, y tuvo de parte de la prensa las siguientes críticas:


"Otro proyecto experimental, aunque de otro estilo, es el de Los pernoctantes, de cuatro directores (Khourian, Martínez, Carabelli, Casares). Documental de observación, toma como tema a cuatro marginales porteños que viven en la calle, víctimas de la miseria, el desamparo y la psicosis. Aunque la película dura apenas una hora, resultó muy árida de ver. En buena medida por la mala proyección en video, pero también porque el tema es realmente molesto y los cineastas no hacen ningún esfuerzo por convertir a sus protagonistas en más simpáticos o más atractivos de lo que son. En esa actitud sin concesiones reside justamente el rigor de la propuesta, su desafío y su capacidad de denuncia. Khourian y sus colegas muestran lo que nadie parece estar dispuesto a mirar, a esos seres invisibles y sin voz de las calles. Y en ese sentido, su trabajo es impecable. La película está muy bien filmada, los planos están elegidos cuidadosamente y los encuadres brillan a veces por su perfección mientras que la captura del sonido es de una eficacia singular. Sin embargo, cabe preguntarse cuál es el sentido de utilizar toda la tecnología, toda la racionalidad y la capacidad de producir belleza del cine al servicio de la fealdad y la sordidez de su tema. Una película como Los pernoctantes ¿no debería inhibirse de toda coquetería a la hora de filmar? ¿No debería ser tan austera como la dieta de sus protagonistas? ¿No debería mostrar, digamos, cierta modestia? Ya que la película nos hace comer arena en el contenido, ¿no debería hacerlo también en la forma? No sé la respuesta, pero hay algo que me perturba de esta película por otra parte impecable." Quintín. La Lectora Provisoria

"Resultó muy interesante la experiencia de ver, con muy pocas horas de diferencia, dos documentales de la Competencia Argentina que se ocupan de describir con diferentes herramientas (todas respetables y válidas) la intimidad de aquellos marginados que el ciudadano común suele evitar, soslayar, discriminar hasta convertirlos casi en seres invisibles.

Sin entrar en comparaciones odiosas (e injustas) y sin tratar de ser salomónico, debo decir que la pasé mejor viendo Parador Retiro, pero me parece que Los pernoctantes es un film más sólido, riguroso y, en definitiva, valioso dentro del panorama del documental local.

Los pernoctantes apuesta a la cámara casi siempre fija, con la mínima intervención posible, para describir distintos retazos de vida de varios homeless de la ciudad de Buenos Aires. Son casos extremos, casi irrecuperables, personas a las que la pobreza, la marginación y la falta de un techo los ha convertido en verdaderos fantasmas. Seres al borde de la locura. Los directores los muestran en toda su degradación física y mental, pero con gran pudor, sin golpes de efecto, subrayados ni comentarios de ningún tipo. Están allí expuestos con crudeza en su intimidad, en su triste cotidianeidad, en sus penosas rutinas." Diego Batlle. Otroscines.com


" Ejemplo de esa sobrevaloración desdramatizadora es Los pernoctantes, uno de los cinco documentales que presenta la Competencia Argentina del FicMdP. Producto de un concurso convocado por la Universidad del Cine y la distribuidora cinematográfica 791, el realizador Hernán Khourian (que, además de docente de la Fuc, cuenta con una larga experiencia en lo que se conoce como “documental de observación”) convocó a otros tres directores (uno de ellos, Sebastián Martínez, de quien un par de temporadas atrás se había estrenado la muy interesante road movie documental París-Marsella), con la premisa de salir a filmar a un puñado de personas sin techo de la ciudad de Buenos Aires: los pernoctantes del título. Si en algo se apoya el documental de observación es en el principio de no intervención. Colocadas frente a media docena de habitantes callejeros, a lo largo de una hora las cámaras de Khourian-Martínez-Carabelli-Casares se limitan a impresionar rostros, cuerpos, eventualmente voces sobre la cinta digital, encuadrando también –siempre de modo fragmentario, como para inscribirlos en un entorno más visual que dramático– detalles del ambiente en que viven.

Producto de esa férrea fijación de límites, se llega al final de Los pernoctantes con una sensación de privación, sin llegar a conocer a la señora que discursea sobre sus enfermedades imaginarias, fantasmales conspiraciones médicas y “esos yanquis hijos de puta”. O saber algo más sobre la afectuosa relación con su perro Beethoven. O sobre el vínculo entre una señora rubia, bonita y alcohólica y la mujer desdentada a la que llama “mi mamá de la calle”. ¿Documental de observación o de privación?" Horacio Bernades. Página/12

Más información en www.791cine.com/peliculas/pernoctantes/concurso.shtml

El corazón de Asia

Es una práctica habitual entre los vendedores de películas tratar de armar lo que se conoce como "paquetes", un rejunte de películas donde hay algunas que al distribuidor le interesan mucho junto a otras que al distribuidor no le interesan nada, pero que son condición para hacerse de las primeras. En una de nuestras primeras compras, tuvimos que comprar la inposible "Grimm" (una película holandesa protagonizada por Ulises Dumont (en serio)) para poder comprar "Capturando a los Friedman" y "Dumplings".

A fines del 2006 empezamos a negociar un grupo de películas que incluía "La Nube Errante", "Café Lumiere" y "Reyes y Reina" entre otras. En ese grupo de 8 películas elegidas una (animación de Miyazake) no pudo entrar porque aparentemente los estudios Gibli, productores de la película, no tenían intención de vender nada del material de catálogo. Alarmados por la posibilidad de caer en otra Trampa Grimm, acudimos al consejo experto del amigo M., quien después de sesudos análisis nos recomendó, para completar el paquete, una película sobre una madre prostituta y drogadicta que abusa de su hijo. De inmediato supimos que se trataba de material 791, aunque dudamos cuando nos enteramos que la película era protagonizada y dirigida por la magnética Asia Argento, capaz entre otras proezas de sostener una película desabrida como Boarding Gate, de hacernos olvidar, en la misma película, del gomazo de Michael Madsen y, finalmente, capaz de nublarle la vista experta al amigo M.

Un año u medio más tarde estrenamos hoy "El Corazón es Engañoso por sobre todas las cosas" para comprobar, sin sorpresa, que ademas de a M y a nosotros, Asia había hechizado a:

Diego Brodersen

Diego Lerer

Luciano Monteagudo

Leonardo D´Esposito

y hasta al experimentado Adolfo Martinez


Incluyendo un reparto inesperado (Peter Fonda y Marilyn Manson, Winona Ryder y Ornella Mutti) "El Corazón es Engañoso..." se proyecta partir de hoy, en Arteplex Belgrano y Arteplex Centro.

Sandokán al ataque

Mi hijo exije cada noche el mismo cuento. En realidad no es exactamente el mismo, sino una variante del mismo. El éxito de mi misión depende de un equilibrio inestable: la combinación de una matriz mil veces repetida con algunos, pocos, detalles nuevos. Los personajes principales no deben ser cambiados, los nuevos no pueden escapar a su condición de decorado y el final del relato se conoce aún antes de ser iniciado.

Con la saga del Comandante, como con las de Sandokán o Indiana Jones, ocurre algo parecido. Nadie recuerda el nombre de sus directores pero todos exijimos que la historia y nuestro héroe sean los mismos. El placer de ver a Bond depende de la misma alquimia que festeja mi hijo.

Así como Casino Royal no me gustó, Quantum of Solace realmente me impactó. Pero no estoy seguro de que eso sea una buena noticia. Como señala Luciano Monteagudo, este nuevo Bond algo anabólico (aunque menos inflado que en la anterior entrega) no cumple del todo con las cualidades del agente triple 0, por definición refinado, distante y ligeramente autoparódico.

En la era Daniel Craig la adrenalina y la violencia del montaje reemplazan, creo, aquellas características. Nuestro Comandante, educado en Eton, tiende a parecerse cada vez más al indestructible John McClane o, peor, al sicótico Jack Bauer.

Tenemos que conversar con M.

Los hermanos entomólogos

El cine de los hermanos Coen es un gran tratado de entomología humana. Los personajes-insectos desfilan en cada una de sus películas sin que sus defectos ni sus desgracias arrastradas logren conmover a sus creadores. Por lo general es inútil buscar ternura en su mirada.

Más allá del género elegido, thriller, policial, comedia o viaje iniciático, sus películas son ante todo placeres solitarios. No pareciera haber otro motor que el de mirar las miserias humanas detrás de un vidrio, sin más empatía por las historias o los personajes que la que nos puede producir la vista de un hormiguero.

En Quemese después de leerse, su última película, hay sin embargo algo diferente. No es el guión, de relojería, redondo como el de De Paseo Por La Muerte, ni tampoco la increíble dirección de actores (no hay uno solo que esté mal, empezando por la gloriosa Frances McDormand), cualidades que ya son una marca de fábrica de los hermanos Cohen.

Lo diferente, creo, está en la mirada de entomólogos. Pese al vidrio que los separa y a la distancia higiénica que sus creadores tratan de imponer, los insectos logran esta vez conmoverlos. Y al hacerlo, dejan un poco de serlo.

Frente a la enorme inseguridad que la crisis impone sobre las inversiones, propongo un gran negocio: comprar una entrada de cine para ver la mejor comedia de los últimos tiempos.