791blog

29.11.06

Alexandre le Bienheureux

Hace unos días murió Philippe Noiret. Entre él y Robert Altman están transformando este blog en una gran necrológica.
Noiret se mezcla con un recuerdo de infancia: el día que vi Alexandre le bienheureux de Yves Robert. No creo que tuviera más de ocho años y todavía recuerdo con bastante precisión la película. Lo que más me impactó fue que un adulto pudiera realizar uno de mis ideales: no hacer nada. Pero haciéndolo metódicamente. Una nada pensada, proyectada, calculada. Una nada casi profesional.
Por supuesto Noiret, pese a hacer siempre un poco de Noiret, se lució en otras, muchas, películas. Lo recuerdo en El juez y el asesino de Bertrand Tavernier o en Viejo fusil con la maravillosa Romy Schneider. También hizo muchas, muchísimas, películas flojas como la lacrimógena Cinema Paradiso donde lo doblaban al italiano y que le valió una gloria eterna(rescato pese a todo la última escena).

23.11.06

Noi el Albino


NOI es una película extraña. O como me dijo un periodista hace unos días "una película fresca". Esta última observación podría tener más de un sentido. El primero, se trata de una película hecha en Islandia, llena de nieve, camperas y gente que no sale de su casa. El segundo, posiblemente más interesante, es que NOI es una película diferente, de alguna manera, y liviana, a su manera.

Una sinopsis de NOI nos podría llevar a pensar que se trata de otra película de un adolescente freak en un contexto inhóspito (sinopsis que de por sí ya resultaría lo suficientemente atractiva para mí, lo confieso), con mucho de humor. Hay algo en NOI, sin embargo, algo en ese humor (que muchos asocian con Kaurismaki), y algo en el aire aparte del frío. Cierta melancolía , me parece (la melancolía por el mundo perdido, la del director que mira a su propia adolescencia poco después de haberla abandonado), que hace de esta una película honesta y por lo tanto más allá de cualquier tipificación, asociación, o influencia.

22.11.06

The Player


Murió Robert Altman. Tenía 81 años, según leí en el diario.

La primera película que vi de él fue MASH. La vi más de diez años despues de su estreno, en plena guerra de Malvinas, cuando quienes gobernaban el país padecían la misma locura criminal de la que Altman se reía ácidamente. La dupla Donald Sutherland y Elliott Gould lograba tocar el cielo con las manos.
La segunda película fue The Player, con el gran Tim Robbins que vi ahí por primera vez y la última fue Short Cuts, uno de los mejores guiones que se hayan filmado.

Despues fui perdiendole la pista y ninguna de sus películas volvió a emocionarme como aquellas. Gosford Park no me pareció mala, pero ya no era lo mismo. Nunca vi Nashville , la madre de Short Cuts y de tanto film coral que vino despues.

En honor al gran Bob la voy a alquilar esta noche.

14.11.06

Opus

Hace muchos años, en la facultad, un profesor de historia del arte propuso como tema de investigación un antiguo parque más o menos abandonado. Existía poca bibliografía al respecto, casi no había fotos, nadie sabía con precisión a quien pertenecía y el extravagante horario de visita cambiaba en función del humor, también cambiante, del guardián. Frente a todas esas dificultades, el profesor aconsejó reorientar la búsqueda y centrarla ya no en el parque sino en la imposibilidad de investigarlo. El resultado fue brillante.

Recordé esa historia el domingo pasado en el MALBA cuando salí de ver Opus , obra grupal de Mariano Donoso, Agustín Mendilaharzu, Mariano Llinás e Ignacio Masllorens. Se trata de una película difícilmente clasificable, mezcla de falso documental y de verdadera ficción en la ficción. El director busca responder a un improbable encargo sobre la crisis argentina y poco a poco se da cuenta, como los alumnos con el parque, que es una realidad inasible. O que la realidad puede estar en otra parte, justamente en el fracaso de su búsqueda.
Los documentales, digamos, sociales nos suelen agobiar con urgencias, certezas, denuncias y toda clase de calamidades. Opus es, por el contrario, un film luminoso.
La ironía de su mirada, la lucidez de sus citas y la melancolía de su humor generan en el espectador una extraña felicidad.

8.11.06

Verosimilistas vs Inverosimilistas

En otro posteo alguien describió a Princesas, la película de Fernando León de Aranoa como poco verosímil. Ese es un argumento definitivo que solemos utilizar para liquidar una película que no nos gustó. Viene por lo general en cola de frase como ...¨y además el guión es completamente inverosímil¨ o algo por el estilo.
La verdad es que lo inverosímil es un arma de destrucción masiva que solo reservamos para aquellos casos en que no nos gusta, por otras razones, una película. O dicho de otra manera, nos volvemos verosimilistas solo cuando el director nos dejó afuera de su película. En el resto de los casos, disfrutamos esa falta de realidad como si tuviéramos todavía 6 años.
Una sola escena servirá de argumento: La de Cary Grant perseguido por un avión fumigador en Intriga internacional (North by Northwest), obra maestra de Alfred Hitchcock. Ningún espectador en su sano juicio cambiaría el inverosímil avión por un verosímil automóvil más acorde con el objetivo de liquidar a nuestro héroe involuntario.

2.11.06

Nadie sabe

Hoy se estrena Nadie Sabe, de Hirokazu Koreeda , el director de After Life. Inspirada en un hecho real, la película narra el abandono por parte de su madre de cuatro chicos en un departamento de Tokio.

Koreeda narra de manera magistral el desarrollo de esa tragedia casi banal, que se torna invisible no solo a los ojos de la madre ausente sino también al resto de los adultos. Los chicos, liderados por Akira, el hermano mayor (un fabuloso Yûya Yagira) y ayudados por los magros giros que la madre les envía junto a una promesa siempre renovada de un pronto regreso, atenúan la inevitable caída libre. Paulatinamente logran consolidar un extraño mundo insular y coherente, que resuelve sus necesidades más inmediatas y permite también grandes momentos de juego entre hermanos (la dirección de actores es notable).

Koreeda evita tanto el panfleto testimonial como el subrayado, esa patología recurrente en cierto cine de autor. El resultado es brillante, conmovedor y trágico.


Recomiendo leer la crítica de Luciano Monteagudo en Página 12. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/5-4336-2006-11-02.html