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25.9.07

Animación


Hace unos días volvimos a ver el excelente corto Viaje a Marte de Juan Pablo Zaramella, que habíamos podido ver con el amigo cinefrik en una muestra organizada por el INCAA. Vimos también 2meters,otro corto muy bueno de Javier Mrad, algunos trabajos de los hermanos Faivre (el maravilloso Monito entre otros) y el ovni del amigo Bellini, La grúa y la jirafa, corto melancólico que se ha transformado via youtube en un éxito planetario.

Con la animación me pasa casi lo opuesto que siento con el cine: el artificio me genera placer. Cuanto más veo la costura, cuanto más siento la realidad del objeto inmóvil fotografiado, en particular en casos extremos como los trabajos de Mrad, por ejemplo, cuyos objetos casi se independizan del relato, más maravillado estoy.
El cine exige que en todo momento olvidemos el artificio que se oculta detrás de la técnica y alcanza con que un micrófono aparezca en el cuadro para que la carroza vuelva a transformarse en calabaza. Entre el director y nosotros los espectadores hay un acuerdo tácito que incluye ciertas premisas más o menos realistas (aunque no necesariamente verosímiles).

Por el contrario la animación parte del supuesto que mostrar la simulación es parte del estado de gracia. Es un arte que no pierde el tiempo con falsas carrozas sino que nos ofrece fabulosos paseos en calabaza.

19.9.07

Ricky Ricón


El amigo Rinconete alzó los puños al cielo y gritó "¡que bueno!", cuando se enteró que La Señal, la última película con Ricardo Darín estrenada el pasado jueves, había sido un éxito de taquilla. Pérez, con su habitual escepticismo, hesitó. "¿Bueno?", dijo, sin dejar de mirar el monitor. "No es malo, pero bueno sería que una gran película nacional sin Darin sea un éxito", y se desató el debate.

¿Es casualidad que la mayoría de las películas argentinas exitosas lo tengan a Darín como protagonista? ¿Darín hace sólo éxitos porque hace sólo éxitos o porque nos olvidamos de "Kamtchatka", "La Educación de las Hadas" o "La Discoteca del Amor"? ¿Porqué Darín logró convertirse en un actor serio y exitoso y no así Carlín Calvo, Raúl Taibo o el Facha Martel? ¿No es más que una coincidencia el hecho de haber sido el elegido de un director popular como Campanella, uno sofisticado como Bielinsky, una novel como Puenzo y otro muerto como Mignona? ¿Tiene algo que ver Susana Giménez en todo esto? ¿Un documental de 15 horas sobre la fabricación de cajas de cartón en Bélice se puede convertir en un blockbuster si Darín hace un cameo?

En fin, la discusión, acalorada, dura hasta estas horas de la tarde. El misterio de Ricardito Darín, la única certeza del cine nacional, sigue sin resolverse.

14.9.07

Títulos


Leyendo un posteo en Sindrogámico sobre los títulos de créditos, traté de recordar aquellos que más me entusiasmaron (para retomar el concepto lanzado por el amigo Battle). Sin duda los títulos lisérgicos de la saga del Comandante (a los que hace referencia el posteo) son un parámetro difícil de superar. Ultimamente el cine coreano tiene algunas perlas que se inscriben en esa tradición, como la intro de Sympathy for Lady Vengeance de Chan-wook Park.

El amigo perez, irremediablemente anacrónico, tiene cierta preferencia por la intro de Atrapame si puedes de Spielberg, hija espiritual de la intro mítica que Saul Bass hizo para Anatomía de un Asesinato de Otto Preminger (con la modesta ayuda de la música de Duke Ellington).

Unos de los títulos que más me impactaron en su momento fueron los de Seven de David Fincher. Probablemente la película no resistiría que la vuelva a ver, pero la verdad es que la intro sigue siendo brillante. No se si con los títulos ocurre aquello que pasa con las propagandas: las que seducen por su estética o su humor pocas veces logran que nos acordemos de la marca anunciada (¿era de Telefónica o de Telecom?).

Tal vez los mejores títulos no sean necesariamente aquellos que están al servicio de la historia que presentan sino más bien lo sean aquellos que logran tener vida propia. Son compactos, redondos, tienen un principio y un fin y no están mezclados con la película. Son una obra en si mismos y es posible imaginar incluso títulos sin película, como las reseñas de Borges sobre libros apócrifos. No sería una mala idea, permitiría bajar drásticamente los costos de producción y en el caso de algunos bodrios despiadados, la reducción a solo 3 o 4 minutos sería sin duda una obra de bien.

Deberíamos desarrollar esta idea organizando un Festival de Títulos. Pensé que el primer premio podría ser la posibilidad de realizar la película. Aunque eso sería contradictorio con la voluntad de independizar esta nueva disciplina. Deberíamos imaginar entonces algo mejor, como una falsa campaña de promoción de la película inexistente, su exhibición en las mejores salas y la garantía de abundantes críticas en los medios, acompañadas de charlas-debates y entrevistas al director apócrifo.

PS: ¿Un Festival de Títulos? ¡Como no se nos ocurrió! dirían nuestros amigos de HC

11.9.07

Nacidos viejos


Como Anthony Hopkins, Terence Stamp y algunos otros, el gran Albert Finney, del que nos habló el amigo perez en el posteo anterior, parece haber nacido viejo. Forma parte de una clase de actores que al haber conocido el éxito relativamente tarde, lograron escaparle a esa obligación de ser siempre jóvenes que acecha a gran parte de sus colegas.

En The Bourne Ultimatum, su escalofriante sonrisa Corega Ultra nos genera una aprensión infinitamente más profunda que los deltoides inflados al helio de los testosterónicos matones de la CIA.

Donde más joven lo recuerdo es en Shoot The Moon, una brillante película del histriónico Alan Parker, director que solía encantar a los adolescentes. Se estrenó entre Fame y Pink Floyd The Wall, dos de sus grandes éxitos y esa es posiblemente la razón por la que quedó relegada al olvido. Es un film púdico, con un estilo bastante más contenido que aquel que Parker suele preferir. Albert Finney interpreta a un escritor que se separa de su mujer, la siempre justa Diane Keaton. Las idas y vueltas de la pareja, la llegada de nuevos amantes bajo la mirada impotente, tierna o explosiva de las cuatro hijas, la incomprensión, la violencia del marido, el dolor de la mujer y el excelente final abierto, hacen que esta sea probablemente la mejor película de Parker (superior incluso a Bugsy Malone y su explosiva Tallulah). Dejen todo y vayan a alquilarla.

Prendamos una vela en honor a esta frágil Cofradía de los Gerontes, con el viejo Albert a la cabeza. Es un fomento eléctrico que nos protege contra el frío polar de la repetición y el tedio que nos proponen los abonados a la eterna juventud cinematográfica.

3.9.07

Los Ultimatum seran los primerum


Entusiasmado por las maravillosas críticas ( "obra maestra", "excelente", "belleza") corrí a mi multiplex amigo a ver Bourne Ultimatum.
La película empieza con una cámara incompresiblemente saltarina (quizás con la intención de agregarle "nervio" a la atmósfera) y termina con un grupo de cerebros de la CIA jugando a ver quién es más ingenioso y rozando el género de la comedia. En el medio la película es entretenida, aunque nunca terminé de entender que diferencia a esta obra maestra de cualquier superproducción de cine entretenimiento cadorna. ¿Un montaje maravilloso, un gran despliegue técnico? ¿La veneración de nuestros críticos por el cine de género, tan escaso dentro de nuestra producción general? ¿El irresisible encanto de Matt Damon?

Pd, La presencia del Sr. Albert Finney, por el contrario, es de aquellas que por sí solas valen la compra de un ticket, incluso de un ticket de Village

Pd2, en un momento, refiriéndose a los efectos devastadores de las tomas de jiu-jit-su de Matt Damon, un desconcertado agente de la CIA dice: "nos está decimando", por lo que debemos entender que el iracundo Bourne los estaba "diezmando". Esto me recuerda al famoso "Futbolín Affaire", al que ya nos hemos referido en otros posteo, común en las copias en 35mm producidas en España, México u otros territorios hispanoparlantes, y que siendo un ardid meramente económico como las copias en DVD, a ningún periodista le parece condenable (como no son condenables las copias de 35mm usadas y en estado deplorable ya que, en última instancia, "es 35").

Pd3, por supuesto, Bourne fué el hit de taquilla del último fin de semana en la Argentina.